El cuerpo debe mantener un equilibrio entre los ingresos energéticos y los egresos. Los alimentos son los que aportan energía para el funcionamiento corporal según las demandas individuales.
Un desequilibrio entre los ingresos o egresos contribuye a que se acumule grasa en algunos sectores del cuerpo, produciendo aumento de peso de la persona.
La obesidad o el sobrepeso pueden producirse por un consumo aumentado de calorías en los alimentos o por un gasto reducido, situación que es favorecida por el sedentarismo y el estilo de vida.
Para lograr el peso ideal existen diversas alternativas, una de ellas son los llamados quemadores de grasa. Se trata de algunas sustancias que contribuyen a aumentar la tasa de degradación de la grasa corporal. Los quemadores de tejido adiposo pueden consumirse en infusiones, pastillas, polvo o incluso bebidas.
Hay que tener en cuenta que son sustancias químicas que ingresan a nuestro cuerpo, aumentan su metabolismo energético, para una degradación más rápida de la grasa que se encuentra depositada en algunos de nuestros órganos y tejidos.
Para utilizar los quemadores de grasa hay que tener un buen estado de salud, sin enfermedades previas. Frente a la decisión de utilizar algunos de los productos para bajar de peso se recomienda consultar previamente al médico para que proporcione la autorización y recomendaciones necesarias.
Hay que tener claro que todas las calorías extras que consumimos si las mismas no son utilizadas en la actividad física se transforman siempre en tejido adiposo. Esta situación prolongada en el tiempo es lo que determina la aparición de sobrepeso y posteriormente obesidad.
Con los quemadores de grasa estamos actuando en uno de los extremos del funcionamiento energético corporal, pero para lograr el peso adecuado no debemos olvidar en aumentar el gasto a través de la realización de actividad física o deporte regularmente.
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