La proporción con la que crece la diabetes a nivel mundial son más que preocupantes. Argentina no es la excepción y, por el exponencial aumento de los afectados con esta enfermedad en los últimos años, los especialistas sostienen que en nuestro país tranquilamente se puede considerar esta problemática como una pandemia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son más de 347 millones de personas las que padecen esta enfermedad alrededor del mundo, cuyo día se celebra el 14 de noviembre. Dicha cifra, inexorablemente, seguirá en franco ascenso con el paso de los años, y para las próximas dos décadas se calcula que los afectados serán 438 millones de personas.
Por estas latitudes, la situación no distará mucho con esta temible tendencia global. Se estima que hay dos millones y medio de argentinos con diabetes y el número se duplicaría en menos de diez años.
Qué es la diabetes
La breve definición de la diabetes se expresa como un desorden del metabolismo, entendiéndose como tal al proceso que convierte el alimento que ingerimos en energía. Aquí entra en escena la insulina, que es el factor más importante en esta tarea fundamental para la vida. Es que, durante la digestión, se descomponen los alimentos para crear glucosa, la mayor fuente de combustible para el cuerpo.
Esta glucosa pasa a la sangre, donde la insulina le permite entrar en las células. Ahora bien, en personas con diabetes, uno de estos dos componentes del sistema falla: el páncreas no produce, o produce poca insulina (diabetes tipo 1) o las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce (diabetes tipo 2).
Al tipo 1, dependiente de la insulina, a veces se le llama diabetes juvenil, porque normalmente comienza durante la infancia (aunque también puede ocurrir en adultos). Como el cuerpo no produce la insulina, personas con diabetes tipo 1 deben inyectarse la insulina para poder vivir. Menos del 10% de los afectados por la diabetes padecen el tipo 1. En cambio, en el tipo 2 los síntomas surgen en adultos. El cuerpo sí produce insulina, pero, o bien no produce suficiente, o no puede aprovechar la que produce.
Fuente: cronica.com.ar
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