Entender el tipo de acumulación de grasa y su causa subyacente puede ayudar a elegir estrategias más efectivas para reducir la grasa corporal, ya que a veces la dieta y el ejercicio físico no son suficientes si no se tratan los factores hormonales implicados. Es importante analizar otros aspectos de la vida, además de la dieta, para abordar adecuadamente la acumulación de grasa corporal.
Así lo explica la Licenciada Mónica Acha, una dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos y fue realizada en su canal xNutricion Dietetica. Compartimos sus definiciones más importantes.
La acumulación de grasa no se debe únicamente a un exceso calórico, sino que también está influenciada por varios factores hormonales y de estilo de vida, como el tipo de alimentación, el ejercicio físico, el descanso, el estrés y la regulación hormonal. Menciona varias hormonas involucradas en la regulación del hambre, la saciedad y la distribución de la grasa corporal, como las hormonas tiroideas, el cortisol, la leptina, la grelina y las hormonas sexuales.
Tipos de acumulación de grasa corporal
- Obesidad tipo manzana: Grasa acumulada alrededor de la zona abdominal, más común en hombres y en mujeres con altos niveles de andrógenos. Está asociada a la resistencia a la insulina.
- Obesidad tipo pera: Grasa acumulada en caderas y muslos, más común en mujeres. Está relacionada con un desequilibrio entre estrógenos y andrógenos.
- Acumulación de grasa en el tronco: Grasa distribuida en una zona más amplia, incluyendo cara, hombros, pecho y espalda, además del abdomen. Está relacionada con altos niveles de cortisol debido al estrés o al déficit de sueño.
- Obesidad tipo flotador: Grasa en la zona de la baja espalda, relacionada con un mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales, lo cual puede provocar cansancio y fatiga.
- Grasa en las piernas: A menudo acompañada de retención de líquidos y mala circulación venosa, lo que dificulta el retorno de la sangre desde las piernas al corazón.
- Grasa en los brazos: Asociada a una mala circulación arterial y a un perfil lipídico desfavorable, como colesterol y triglicéridos elevados.
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Cómo es la obesidad tipo manzana?
La obesidad tipo manzana se refiere a la acumulación de grasa predominantemente en la zona abdominal, lo que da al cuerpo una forma similar a la de una manzana. Este tipo de distribución de grasa es más común en hombres, aunque también puede presentarse en mujeres, especialmente en aquellas con niveles más altos de andrógenos, las hormonas sexuales masculinas.
La obesidad tipo manzana está estrechamente relacionada con ciertos desequilibrios hormonales. Uno de los factores clave es la resistencia a la insulina, una condición en la que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, lo que puede llevar a una mayor acumulación de grasa en el abdomen. Además, los andrógenos juegan un papel significativo en la predisposición a acumular grasa abdominal, lo que explica por qué este tipo de obesidad es más prevalente en hombres.
Este tipo de obesidad es particularmente preocupante porque la grasa abdominal, también conocida como grasa visceral, está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e hipertensión. La grasa visceral es metabólicamente activa y puede influir negativamente en los niveles hormonales y en la función metabólica del cuerpo.
Cómo es la obesidad tipo pera?
La obesidad tipo pera se caracteriza por la acumulación de grasa en la parte inferior del cuerpo, principalmente en las caderas, los muslos y los glúteos, lo que da al cuerpo una forma similar a la de una pera. Este tipo de distribución de grasa es más común en mujeres debido a la influencia de las hormonas sexuales femeninas, especialmente los estrógenos.
Los estrógenos favorecen la acumulación de grasa en las áreas mencionadas, y cuando hay un desequilibrio entre los estrógenos y los andrógenos (hormonas sexuales masculinas), la tendencia a acumular grasa en la zona de las caderas y los muslos aumenta. Este desequilibrio hormonal es la causa principal de la obesidad tipo pera, lo que explica por qué esta forma corporal es más prevalente en mujeres que en hombres.
Aunque la obesidad tipo pera está menos asociada con problemas de salud graves en comparación con la obesidad tipo manzana, también tiene sus riesgos. La acumulación excesiva de grasa en las caderas y los muslos puede estar relacionada con problemas circulatorios, como la insuficiencia venosa, que puede llevar a la retención de líquidos y a una peor circulación en las piernas. Además, este tipo de distribución de grasa puede ser más resistente a la pérdida de peso a través de la dieta y el ejercicio, debido a su conexión con factores hormonales.
Relación entre la acumulación de grasa en el tronco , el estrés y los niveles de cortisol
La acumulación de grasa en el tronco se refiere a la distribución de grasa en una zona más amplia del cuerpo que incluye el abdomen, el pecho, la espalda, los hombros e incluso la cara. A diferencia de la obesidad tipo manzana, que se centra en la grasa abdominal, este tipo de acumulación abarca una mayor parte del torso.Esta acumulación de grasa está estrechamente relacionada con niveles elevados de cortisol, conocido como la hormona del estrés. El cortisol es una hormona que se libera en respuesta al estrés físico o emocional, y su exceso puede llevar a que el cuerpo almacene grasa en la zona del tronco. Esto puede ocurrir en personas que experimentan altos niveles de estrés crónico, ya sea por factores psicológicos, como el trabajo o problemas personales, o por estrés físico, como el exceso de ejercicio o la falta de sueño.
El cuerpo, al enfrentarse a un estrés continuo, puede activar un mecanismo de defensa que promueve el almacenamiento de energía en forma de grasa en el tronco. Este patrón de acumulación de grasa no solo es influenciado por el cortisol, sino que también puede estar relacionado con otros desequilibrios hormonales que afectan el metabolismo y la distribución de la grasa corporal.
Este tipo de acumulación de grasa es preocupante porque, al igual que la grasa abdominal en la obesidad tipo manzana, la grasa acumulada en el tronco está asociada con un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y trastornos metabólicos. Además, las personas con grasa distribuida en el tronco pueden experimentar dificultades adicionales para perder peso, ya que el manejo del estrés y la regulación hormonal son factores clave para reducir esta grasa.
Cómo es la obesidad tipo flotador?
La obesidad tipo flotador se refiere a la acumulación de grasa en la zona baja de la espalda y los costados, comúnmente conocida como "michelines" o flotadores. Esta grasa se deposita alrededor de la cintura y en la parte inferior de la espalda, creando un anillo de grasa visible.
Este tipo de acumulación de grasa está asociado con un mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales, que son las encargadas de producir hormonas como el cortisol y la adrenalina. Cuando las glándulas suprarrenales no funcionan correctamente, pueden generar una sensación persistente de cansancio y fatiga, incluso al despertar. Este estado de agotamiento crónico puede contribuir a la acumulación de grasa en la zona de los flotadores.
Además, las personas con obesidad tipo flotador a menudo intentan compensar este cansancio aumentando la actividad física con la esperanza de reducir la grasa en esa área. Sin embargo, este enfoque a menudo resulta ineficaz porque el cuerpo ya está sometido a un desgaste importante debido a la disfunción suprarrenal. En lugar de quemar grasa, el exceso de ejercicio puede agravar el problema, ya que el cuerpo continúa almacenando grasa como un mecanismo de defensa.
Este tipo de obesidad puede ser un signo de desequilibrio hormonal más profundo y requiere un enfoque que vaya más allá de la simple reducción calórica o el aumento de ejercicio. Es importante abordar el problema desde la raíz, mejorando la función de las glándulas suprarrenales y gestionando el estrés para ayudar al cuerpo a regular adecuadamente la acumulación de grasa.
Relación entre la grasa en las piernas, los problemas circulatorios y la retención de líquidos
La grasa en las piernas se refiere a la acumulación de grasa localizada principalmente en las extremidades inferiores, incluyendo muslos, rodillas, tobillos y pantorrillas. Este tipo de acumulación de grasa a menudo está acompañada por retención de líquidos y mala circulación venosa.
A diferencia de otros tipos de obesidad que se centran en la acumulación de grasa en el tronco o el abdomen, la grasa en las piernas suele estar asociada con problemas circulatorios. Las venas en las extremidades inferiores, responsables de devolver la sangre al corazón, deben luchar contra la gravedad, lo que puede dificultar el retorno venoso. Cuando la circulación venosa es deficiente, el líquido tiende a acumularse en las piernas, lo que contribuye a la retención de líquidos y a la hinchazón.
Además, la acumulación de grasa en las piernas no siempre es solo grasa; a menudo está relacionada con otros problemas, como la insuficiencia venosa crónica, que es cuando las venas tienen dificultades para devolver la sangre al corazón de manera eficiente. Esto puede causar una apariencia abultada en las piernas y hacer que la piel se vea tensa o hinchada.
La combinación de grasa y retención de líquidos en las piernas puede ser difícil de manejar, ya que no se trata simplemente de un problema de peso, sino también de circulación. Las personas que experimentan este tipo de acumulación de grasa pueden notar que la pérdida de peso a través de la dieta y el ejercicio no es suficiente para reducir significativamente el volumen de sus piernas, debido a la retención de líquidos y la mala circulación subyacente.
Grasa en los brazos y mala circulación arterial
La grasa en los brazos se refiere a la acumulación de grasa en la parte superior de los brazos, lo que puede darles un aspecto voluminoso o flácido. Este tipo de grasa se distribuye principalmente en la zona del tríceps y puede extenderse hacia los hombros.
Este tipo de acumulación de grasa está asociada con problemas de circulación arterial. Las arterias son las encargadas de llevar sangre rica en oxígeno y nutrientes desde el corazón hacia los tejidos del cuerpo. Cuando la circulación arterial no es óptima, puede haber un suministro inadecuado de nutrientes a los músculos y tejidos de los brazos, lo que contribuye a la acumulación de grasa en esta área.
Además, la grasa en los brazos a menudo está relacionada con un perfil lipídico desfavorable, es decir, niveles elevados de colesterol y triglicéridos en la sangre. Estos lípidos, cuando están en exceso, pueden contribuir a la acumulación de grasa en diferentes partes del cuerpo, incluidos los brazos. Esta situación puede ser un indicativo de un metabolismo de grasas alterado, lo que también puede estar relacionado con factores hormonales y de estilo de vida, como una dieta alta en grasas saturadas y un bajo nivel de actividad física.
La grasa en los brazos puede ser difícil de reducir, ya que no solo está influenciada por la dieta y el ejercicio, sino también por la circulación y el metabolismo de las grasas. En algunos casos, se requiere un enfoque más específico que incluya cambios en la alimentación para mejorar el perfil lipídico, ejercicios dirigidos a tonificar los músculos del brazo y, en algunos casos, la consulta con un profesional de la salud para evaluar y mejorar la circulación arterial.
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