No Puedo Controlar Lo Que Como (Mónica Acha)


Por qué se me dificulta parar de comer una vez que he comenzado a hacerlo?


Estas son las principales causas de por qué a veces es difícil parar de comer una vez que hemos comenzado, de acuerdo al análisis de la Licenciada Mónica Acha, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos y que fue realizado en su canal xNutricion Dietetica..



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Necesidad Básica de Comer

  • Comer es esencial para cubrir los requerimientos de energía y nutrientes esenciales.
  • Esta necesidad puede satisfacerse de manera adecuada (dieta variada y equilibrada) o inadecuada (exceso de ciertos nutrientes y deficiencia de otros).

Educación Nutricional y Preferencias Personales

  • La forma en que comemos puede estar influenciada por nuestra educación nutricional desde la infancia y por nuestras preferencias personales.
  • Es importante mantener una dieta variada para evitar deficiencias nutricionales.

Ansiedad y Déficits Nutricionales

  • La ansiedad por ciertos alimentos puede estar relacionada con déficits nutricionales.
  • El cuerpo puede "pedir" alimentos específicos que contienen nutrientes que le faltan, como el chocolate para el magnesio.

Alimentos Hiperpalatables

  • Algunos alimentos, como el chocolate, las patatas fritas, las galletas, los helados y las hamburguesas, son muy gustosos y es difícil parar de comerlos una vez que se empieza.
  • Estos alimentos a menudo son difíciles de controlar en términos de cantidad consumida.

Hambre Emocional

  • Comer por razones emocionales, como el estrés, la tristeza o el aburrimiento, puede llevar a un consumo descontrolado de alimentos.
  • Este tipo de hambre no responde a una necesidad real de nutrientes, sino a la búsqueda de placer o consuelo.

Comportamiento por Inercia

  • Comer de manera continua a lo largo del día por hábito o inercia, sin hambre real, puede generar una necesidad constante de comer.
  • Este comportamiento puede ser causado por situaciones como la disponibilidad constante de comida o el entorno social.

Estrategias para Controlar la Ingesta de Alimentos

  1. Identificar y evitar situaciones que nos llevan a comer en exceso, como no tener alimentos hiperpalatables en casa.
  2. Buscar alternativas saludables y atractivas para los momentos de antojo.
  3. Adoptar otras actividades para encontrar consuelo o entretenimiento, como ejercicio físico o trabajos manuales, en lugar de comer.



Cómo cubrir nuestra necesidad básica de comer de manera adecuada?

Comer es una necesidad básica esencial para la supervivencia y el bienestar del cuerpo humano. Esto se debe a que, a través de la alimentación, nuestro organismo obtiene la energía y los nutrientes esenciales que necesita para funcionar correctamente. Los alimentos que consumimos proporcionan las calorías necesarias para realizar todas nuestras actividades diarias, desde las más simples como respirar o caminar, hasta las más complejas como pensar o hacer ejercicio.

Además de la energía, los alimentos nos suministran una variedad de nutrientes esenciales, como proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales, que son fundamentales para el crecimiento, la reparación de tejidos, el mantenimiento de la salud general, y la prevención de enfermedades. Por ejemplo, las proteínas son necesarias para construir y reparar tejidos, las grasas son cruciales para la absorción de ciertas vitaminas y los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo.

Es importante destacar que esta necesidad básica de comer puede ser cubierta de manera adecuada o inadecuada. Una alimentación adecuada implica llevar una dieta variada, equilibrada y saludable que cumpla con todos los requerimientos nutricionales de nuestro cuerpo. Esto significa consumir una amplia gama de alimentos que proporcionen los diferentes nutrientes en las cantidades correctas.

Por otro lado, una alimentación inadecuada ocurre cuando se satisfacen las necesidades energéticas del cuerpo, pero a través de alimentos que no proporcionan los nutrientes esenciales en las cantidades necesarias. Esto puede resultar en una dieta desequilibrada, con un exceso de ciertos nutrientes, como los hidratos de carbono, y una deficiencia de otros, como las vitaminas y minerales que se encuentran en frutas y verduras. Una alimentación inadecuada puede llevar a deficiencias nutricionales y a una serie de problemas de salud a largo plazo.



Cómo equilibrar mis preferencias personales con la educación nutricional?

La educación nutricional y las preferencias personales juegan un papel crucial en la manera en que elegimos y consumimos los alimentos. Desde la infancia, nuestras decisiones alimentarias están influenciadas por la educación que recibimos sobre qué y cómo comer. Esta educación puede provenir de nuestros padres, el entorno familiar, la escuela, y la cultura en general. Si desde pequeños se nos enseña a seguir una dieta equilibrada y a valorar la variedad en los alimentos, es más probable que, de adultos, mantengamos hábitos alimenticios saludables.

Las preferencias personales también influyen significativamente en nuestras elecciones alimentarias. Cada persona tiene gustos y aversiones específicos hacia ciertos alimentos, que pueden estar determinados por factores genéticos, experiencias personales, o la exposición a distintos tipos de alimentos desde una edad temprana. Por ejemplo, a alguien puede no gustarle un determinado alimento, como las lentejas, pero puede disfrutar de otras legumbres como los garbanzos, lo que le permite seguir incluyendo esta categoría de alimentos en su dieta.

Es importante tener en cuenta que, aunque no es necesario que a una persona le gusten todos los alimentos saludables, es fundamental mantener una dieta variada. Si alguien evita un grupo entero de alimentos, como las frutas o las verduras, debido a preferencias personales, puede enfrentar deficiencias nutricionales. Por lo tanto, es crucial encontrar un equilibrio entre lo que nos gusta comer y lo que es necesario para mantener una salud óptima.



Cómo se conecta la ansiedad con los déficits nutricionales?

La ansiedad y los déficits nutricionales pueden estar estrechamente relacionados, influyendo en nuestros hábitos alimenticios de manera significativa. En ocasiones, cuando experimentamos ansiedad o estrés, sentimos una fuerte necesidad de comer ciertos alimentos específicos. Esta compulsión por comer puede estar conectada a carencias nutricionales en nuestro cuerpo, que nos lleva a buscar alimentos que contengan los nutrientes que nos faltan.

El cuerpo humano es muy sabio y tiene mecanismos para identificar lo que necesita. Por ejemplo, si una persona tiene una deficiencia de magnesio, es posible que sienta antojos de alimentos que son ricos en este mineral, como el chocolate. En este caso, el cuerpo está tratando de corregir el déficit consumiendo algo que le proporcionará el nutriente faltante. Sin embargo, no todos los antojos son así de específicos o beneficiosos. A veces, en lugar de optar por fuentes saludables de un nutriente, nos inclinamos por opciones menos saludables simplemente porque son más placenteras o porque nos proporcionan una sensación temporal de alivio o satisfacción.

Es importante destacar que no todos los alimentos que nos apetece consumir bajo ansiedad son realmente necesarios para cubrir una carencia nutricional. En algunos casos, podemos sentir deseos de comer alimentos con alto contenido de azúcar, grasas o sal, que en realidad no nos aportan los nutrientes que necesitamos y que, a largo plazo, pueden contribuir a un ciclo de mala alimentación y empeorar la situación de ansiedad.

Además, el tipo de alimentos que suelen generar estos antojos son aquellos que tienen un efecto calmante o placentero inmediato, como el chocolate con azúcar o las comidas ricas en carbohidratos refinados. Estos alimentos, aunque pueden ofrecer un alivio temporal de la ansiedad, no solucionan el problema de fondo y pueden llevar a un patrón de alimentación emocional donde se come en respuesta al estrés en lugar de por hambre real.



Qué son los alimentos hiperpalatables?

Los alimentos hiperpalatables son aquellos que están diseñados o preparados de tal manera que resultan extremadamente atractivos y difíciles de dejar de comer. Estos alimentos suelen tener combinaciones específicas de grasas, azúcares, sal y otros aditivos que los hacen especialmente gustosos, provocando una respuesta placentera en el cerebro que nos impulsa a seguir comiéndolos, incluso cuando ya estamos satisfechos.

Un claro ejemplo de alimentos hiperpalatables es el chocolate con leche, que combina azúcar y grasa en una proporción que lo hace irresistible para muchas personas. Otros ejemplos comunes incluyen las patatas fritas, las galletas, los helados, las hamburguesas y la pizza. Estos alimentos no solo son deliciosos, sino que también tienen una textura, un sabor y una presentación que los hacen sumamente apetecibles.

La característica principal de los alimentos hiperpalatables es que, debido a su composición, es difícil controlar la cantidad que se consume. Por ejemplo, es común que una persona planee comer solo una pequeña cantidad de patatas fritas, pero termine consumiendo una bolsa entera sin darse cuenta. Esto se debe a que estos alimentos estimulan el apetito y el placer de una manera que hace que sea complicado detenerse.

Además, los alimentos hiperpalatables suelen estar vinculados con hábitos alimenticios poco saludables y pueden contribuir al desarrollo de problemas como la obesidad, debido a su alta densidad calórica y bajo valor nutricional. Estos alimentos, a menudo ricos en calorías pero pobres en nutrientes esenciales, pueden desplazar otros alimentos más saludables de la dieta, lo que lleva a un desequilibrio nutricional.



Qué es el hambre emocional y cómo manejarlo?

El hambre emocional es un tipo de comportamiento alimenticio donde una persona come no porque tenga hambre física, sino para satisfacer una necesidad emocional. Este tipo de hambre suele surgir en respuesta a sentimientos como el estrés, la tristeza, la soledad, el aburrimiento, o incluso la ansiedad. En lugar de comer para nutrir el cuerpo, se come para aliviar o gestionar emociones difíciles.

A diferencia del hambre física, que se desarrolla de manera gradual y puede satisfacerse con casi cualquier tipo de alimento, el hambre emocional aparece de repente y suele estar dirigida hacia alimentos específicos, generalmente aquellos que son más placenteros o reconfortantes, como dulces, alimentos ricos en grasas, o comidas altamente procesadas. Estos alimentos, conocidos como alimentos hiperpalatables, proporcionan una sensación de satisfacción o calma inmediata, lo que puede temporalmente hacer que la persona se sienta mejor.

El problema con el hambre emocional es que no responde a una necesidad real de nutrientes, y por lo tanto, comer bajo estas circunstancias no satisface el hambre de manera efectiva. Como resultado, la persona puede seguir comiendo más de lo necesario, lo que puede llevar a un consumo excesivo de calorías y, en consecuencia, a un aumento de peso no deseado.

Además, el hambre emocional puede crear un ciclo difícil de romper. Después de comer en exceso, es común que la persona experimente sentimientos de culpa, arrepentimiento, o vergüenza, lo que a su vez puede llevar a más estrés o tristeza, perpetuando el ciclo de comer emocionalmente. Con el tiempo, este patrón puede contribuir al desarrollo de problemas de salud, como obesidad, trastornos alimenticios, o desequilibrios en los niveles de azúcar en la sangre.

Para manejar el hambre emocional, es importante identificar los desencadenantes emocionales y buscar alternativas saludables para lidiar con las emociones, como practicar ejercicio físico, meditación, o actividades creativas que proporcionen un alivio similar sin recurrir a la comida. También es útil desarrollar una mayor conciencia sobre cuándo y por qué se come, para poder diferenciar entre el hambre física y el emocional, y así tomar decisiones alimenticias más saludables y conscientes.



Cómo contrarrestar el comportamiento por inercia?

El comportamiento por inercia se refiere a la tendencia a comer de manera continua a lo largo del día, no por hambre real, sino simplemente por hábito o inercia. Este tipo de comportamiento se manifiesta cuando una persona consume alimentos en momentos que no responden a una necesidad fisiológica de nutrientes, sino a circunstancias externas o patrones de conducta aprendidos. 

Algunas situaciones comunes que desencadenan este comportamiento incluyen:

1. Horario: Comer porque es la hora habitual de una comida, sin que exista una sensación genuina de hambre.
   
2. Entorno Social: Consumir alimentos porque alguien más está comiendo o porque nos han ofrecido comida, aunque no tengamos hambre.

3. Descansos en el Trabajo: Utilizar la comida como una excusa para hacer una pausa en el trabajo, aunque no haya una necesidad real de comer.

4. Aburrimiento o Soledad: Comer simplemente para ocupar el tiempo o las manos, o para evitar la sensación de estar solo.

5. Accesibilidad: Tener alimentos al alcance de la mano, como en una mesa de trabajo, puede llevar a comer de manera automática y repetitiva.

Este tipo de conducta crea un ciclo en el que el cuerpo se acostumbra a recibir comida constantemente, lo que puede desregular los niveles de insulina y generar una necesidad persistente de comer. La ingesta continua de pequeñas cantidades de alimentos a lo largo del día, aunque no sean grandes porciones, puede llevar a un consumo excesivo de calorías, lo que a su vez puede contribuir al aumento de peso y otros problemas de salud.

Para contrarrestar este comportamiento, es importante ser consciente de las razones detrás de cada momento de consumo de alimentos y tratar de establecer hábitos más saludables. Esto puede incluir programar comidas en momentos específicos, evitar tener alimentos no saludables al alcance y buscar otras actividades para ocupar el tiempo y la mente, en lugar de recurrir a la comida por inercia.



Qué estrategias puedo adoptar para controlar la ingesta de alimentos descontrolada?

Para controlar la ingesta de alimentos, especialmente en situaciones donde se come en exceso o de manera descontrolada, es importante adoptar varias estrategias que nos ayuden a gestionar mejor nuestros hábitos alimenticios. Algunas de estas estrategias incluyen:

1. Identificar Situaciones de Riesgo:
   - Es crucial reconocer las situaciones o momentos específicos en los que es más probable que comamos en exceso, como después de un día estresante en el trabajo o durante reuniones sociales donde hay mucha comida disponible. Una vez identificadas, se puede tomar conciencia y estar mejor preparados para enfrentarlas.

2. Evitar Tener Alimentos Tentadores en Casa:
   - Si sabemos que ciertos alimentos nos llevan a comer en exceso, como helados, patatas fritas o galletas, lo mejor es no tenerlos en casa. Al no estar al alcance, se reduce la tentación y la posibilidad de consumirlos impulsivamente.

3. Optar por Alimentos Saludables y Atractivos:
   - Es recomendable tener a mano alimentos que sean nutricionalmente adecuados pero también atractivos y agradables de comer. Por ejemplo, si te gustan las fresas y están en temporada, mantenerlas limpias y listas para comer en la nevera puede ser una buena alternativa a otros snacks menos saludables.

4. Buscar Actividades Alternativas para Gestionar el Estrés o el Aburrimiento:
   - En lugar de recurrir a la comida para aliviar el estrés o el aburrimiento, se pueden buscar otras actividades que proporcionen consuelo o entretenimiento, como el ejercicio físico, trabajos manuales, leer un libro o salir a dar un paseo. Estas actividades no solo son más saludables, sino que también pueden ayudar a romper el ciclo de comer por inercia.

5. Planificar las Comidas y los Snacks:
   - Tener un plan de comidas puede ayudar a evitar comer de manera descontrolada. Esto incluye no solo las comidas principales, sino también los snacks. Saber de antemano qué y cuándo se va a comer ayuda a mantener el control sobre la ingesta diaria y a evitar caer en hábitos de comer sin pensar.

6. Crear un Entorno Alimenticio Saludable:
   - Mantener un entorno donde los alimentos saludables sean fácilmente accesibles y los menos saludables estén fuera de vista puede influir positivamente en las elecciones alimenticias. Por ejemplo, tener frutas y verduras visibles en la cocina y guardar los alimentos procesados en lugares menos accesibles.

7. Adoptar una Mentalidad de Moderación y Conciencia:
   - Es importante desarrollar una mentalidad donde se priorice la moderación y se tome conciencia de las porciones. Practicar la alimentación consciente, es decir, comer despacio, saborear cada bocado y estar atentos a las señales de saciedad, puede ayudar a evitar comer en exceso.

Implementando estas estrategias, es posible controlar mejor la ingesta de alimentos, reducir la tentación de comer en exceso y, en última instancia, mantener una dieta más equilibrada y saludable.



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