Al analizar tanto la dieta atlántica como la mediterránea es aconsejable integrar lo mejor de ambas dietas para mejorar su alimentación y salud, elegiendo alimentos locales y de temporada.
Mónica Acha, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos, introduce y compara la dieta atlántica con la más conocida dieta mediterránea. En su canal xNutricion Dietetica resume los puntos clave.
Dieta Mediterránea
Es mundialmente recomendada y está caracterizada por el consumo de alimentos frescos y naturales, priorizando vegetales, aceite de oliva y frutos secos. Tiene una demostrada eficacia en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Dieta Atlántica
Surge como un competidor de la dieta mediterránea y tiene muchas similitudes, como la importancia de los alimentos de origen vegetal. Sin embargo, se diferencia en varios aspectos:
- Menor consumo de frutos secos y aceite de oliva: Esto se debe a la menor disponibilidad y producción de estos ingredientes en la región atlántica.
- Mayor consumo de productos del mar: La dieta atlántica incluye una abundancia de pescados y mariscos, como mejillones, pulpo y calamares, que son producidos localmente.
- Mayor consumo de patatas: En contraste con la dieta mediterránea, donde predominan las legumbres, la dieta atlántica incluye más patatas, que proporcionan hidratos de carbono y energía.
Consumo Local y Estacional
En las regiones interiores de Galicia, el consumo de pescados y mariscos es reemplazado por carnes locales. La dieta sigue siendo fresca y natural, con menos alimentos procesados.
Comparación Internacional
La dieta atlántica también se encuentra en el norte de Europa, donde el consumo de pescados es alto, aunque a menudo se conservan (e.g., bacalao y salmón). En estas zonas también se consumen muchos tubérculos y crucíferas (e.g., coles, brócoli), adaptados al clima frío.
Beneficios para la Salud
Ambas dietas, mediterránea y atlántica, han demostrado ser beneficiosas para la salud metabólica y cardiovascular debido a su énfasis en productos locales y de temporada. Las técnicas culinarias saludables, como cocer o asar patatas en lugar de freírlas, también contribuyen a estos beneficios.
Cómo es la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea es un patrón alimentario ampliamente recomendado a nivel mundial debido a su eficacia en la prevención de enfermedades, especialmente las cardiovasculares. Esta dieta se caracteriza por el consumo de alimentos frescos y naturales, con una especial prioridad en los vegetales, el aceite de oliva y los frutos secos.
Características Clave:
1. Alimentos Frescos y Naturales: La dieta mediterránea se basa en la ingesta de productos frescos, como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas de origen vegetal. Estos alimentos son ricos en nutrientes esenciales y bajos en grasas saturadas y azúcares refinados.
2. Aceite de Oliva: Este es un componente central de la dieta mediterránea y se utiliza tanto para cocinar como para aderezar. El aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados, especialmente el ácido oleico, que ha demostrado tener beneficios para la salud cardiovascular al reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL).
3. Frutos Secos: Los frutos secos, como almendras, nueces y avellanas, son otro componente importante. Son una fuente rica en grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales. Su consumo regular se asocia con una reducción del riesgo de enfermedades cardíacas.
4. Consumo Moderado de Proteínas Animales: Aunque la dieta mediterránea incluye productos animales, como pescado, aves y productos lácteos, su consumo es moderado. El pescado, en particular, es una fuente importante de ácidos grasos omega-3, que también contribuyen a la salud cardiovascular.
5. Enfoque en la Alimentación Tradicional: La dieta mediterránea promueve una forma de alimentación que respeta las tradiciones culinarias, valorando la preparación casera de las comidas y el consumo de alimentos locales y de temporada.
Cómo es la dieta atlántica?
La dieta atlántica se presenta como una alternativa a la más conocida dieta mediterránea, y aunque comparten algunas similitudes, se distingue por varios aspectos clave:
- Menor consumo de frutos secos y aceite de oliva: A diferencia de la dieta mediterránea, donde estos ingredientes son fundamentales, en la dieta atlántica no tienen tanta presencia. Esto se debe a que en las regiones atlánticas, como Galicia y el norte de Portugal, la producción y distribución de frutos secos y aceite de oliva es menor. Por lo tanto, aunque están presentes en la dieta, no son tan abundantes ni centrales como en la dieta mediterránea.
- Mayor consumo de productos del mar: Una de las principales características que distingue a la dieta atlántica es su alta inclusión de pescados y mariscos. En estas regiones, el acceso a productos frescos del mar es más fácil y común, lo que se refleja en la dieta diaria. Ejemplos de estos productos incluyen mejillones, pulpo, calamares y almejas, que son producidos localmente y forman una parte esencial de la alimentación en la costa atlántica. Esto contrasta con la dieta mediterránea, donde, aunque también se consumen productos del mar, no tienen la misma predominancia que en la dieta atlántica.
- Mayor consumo de patatas: En la dieta atlántica, las patatas son un alimento básico, consumido de manera regular. Este consumo es especialmente notable en comparación con la dieta mediterránea, donde las legumbres son más comunes como fuente de carbohidratos. Las patatas, aunque no son iguales a las legumbres en términos nutricionales, proporcionan hidratos de carbono y energía de manera similar. Son un alimento económico, accesible y habitual en la dieta atlántica, particularmente en las regiones de Galicia y el norte de Europa.
Cómo varían los productos consumidos en las regiones de Galicia y Portugal?
La dieta atlántica pone un fuerte énfasis en el consumo de productos locales y de temporada, lo que varía según la proximidad al mar o al interior. En las regiones costeras de Galicia y el norte de Portugal, la dieta incluye una gran cantidad de pescados y mariscos frescos, que son abundantes y accesibles debido a la proximidad al Atlántico. Sin embargo, en las zonas más alejadas de la costa, como las regiones interiores de Galicia, el consumo de pescados y mariscos disminuye y es reemplazado por un mayor consumo de carnes, especialmente aquellas de producción local.
A pesar de este cambio en la fuente de proteínas, la dieta en estas áreas sigue siendo fresca y natural, evitando los alimentos procesados o manipulados. Esta adaptación al entorno local asegura que la alimentación se mantenga en línea con la disponibilidad de los recursos, lo que promueve una dieta saludable y equilibrada basada en productos frescos y de temporada.
Cómo varían los productos consumidos en otras áreas de Europa?
La dieta atlántica no solo se limita a la región de Galicia y el norte de Portugal, sino que también se extiende a otras áreas del norte de Europa, donde se observan patrones alimentarios similares. En estas regiones, el consumo de pescados sigue siendo alto, pero con una particularidad: los pescados a menudo se conservan mediante técnicas tradicionales debido a las condiciones climáticas. Por ejemplo, en el norte de Europa, donde los inviernos son más fríos y las temporadas de pesca pueden ser más cortas, es común que los pescados como el bacalao y el salmón se conserven mediante métodos como el salado o el curado. Estas técnicas permiten que estos pescados estén disponibles durante todo el año, a pesar de las limitaciones estacionales.
Además del consumo de pescado, en el norte de Europa también se destaca un alto consumo de tubérculos, especialmente de patatas, lo que es una característica común a toda la franja atlántica. Las patatas, junto con otras verduras pertenecientes al grupo de las crucíferas (como coles, brócoli y coliflor), son especialmente abundantes en estas zonas debido al clima frío que favorece su cultivo. En Alemania, por ejemplo, un plato tradicional es el chucrut, que consiste en col fermentada, una técnica que permite conservar este alimento durante los meses de invierno.
Estas similitudes en los patrones alimentarios a lo largo de la costa atlántica, desde Galicia hasta el norte de Europa, demuestran la influencia del clima y las condiciones locales en la dieta de estas regiones. A pesar de las diferencias regionales, la dieta atlántica mantiene una coherencia en el uso de productos frescos, locales y de temporada, lo que contribuye a su valor nutricional y beneficios para la salud.
De qué manera promueven estas dietas la salud metabólica y cardiovascular?
Ambas dietas, la mediterránea y la atlántica, han demostrado ser beneficiosas para la salud, especialmente en términos de salud metabólica y cardiovascular. Estos beneficios se deben en gran medida a que ambas dietas se basan en el consumo de productos locales y de temporada. La dieta atlántica, al igual que la mediterránea, favorece una alimentación natural, con menos dependencia de alimentos procesados o altamente manipulados.
Además, las técnicas culinarias utilizadas en la dieta atlántica, como cocer o asar las patatas en lugar de freírlas, también juegan un papel importante en la promoción de la salud. Estas técnicas permiten preservar los beneficios nutricionales de los alimentos sin añadir calorías innecesarias, como las que provienen del exceso de grasa en los alimentos fritos. Por ejemplo, las patatas cocidas con un poco de aceite de oliva y pimentón, un condimento común en Galicia, son una opción saludable que favorece la microbiota intestinal y, por ende, la salud general.
Tanto la dieta mediterránea como la atlántica, adaptadas a la producción local y a la disponibilidad estacional de los alimentos, son patrones alimentarios que promueven la salud metabólica y cardiovascular, subrayando la importancia de las prácticas culinarias saludables y el consumo de productos frescos y naturales.
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