Para perder peso o mantener un peso saludable, no solo se debe considerar la dieta, sino también gestionar el estrés y mejorar la calidad del sueño. La edad es un factor inmutable, pero el estrés y el sueño sí pueden ser gestionados para mejorar la salud y el peso corporal.
Mónica Acha, dietista, nutricionista y tecnóloga de los alimentos, nos explica la pérdida de peso, enfocándose en factores no alimentarios que influyen en la capacidad de adelgazar. Estos son los puntos clave de su análisis para su canal xNutricion Dietetica.
Edad
- A medida que envejecemos, perdemos masa muscular, la cual es metabólicamente activa y consume energía.
- La pérdida de masa muscular reduce nuestro requerimiento energético.
- Si continuamos comiendo la misma cantidad o más, debido a una mayor disponibilidad de tiempo o eventos sociales, podemos ganar peso.
- Mantener la actividad física ayuda a preservar la masa muscular, lo que también mejora la calidad de vida y previene problemas como la osteoporosis y la fragilidad.
Estrés
- El estrés crónico, relacionado con problemas laborales, personales o económicos, afecta la regulación hormonal y aumenta el apetito, especialmente por alimentos poco saludables (ricos en grasas, sal y azúcar).
- También dificulta el sueño, lo cual agrava los problemas relacionados con el apetito y el control del peso.
Falta de sueño
- La falta de sueño altera la regulación hormonal, afectando las sensaciones de hambre y saciedad.
- Las personas que no duermen bien tienden a elegir alimentos poco saludables y a comer en exceso.
- El mal sueño puede causar retención de líquidos, haciendo que uno se sienta hinchado.
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