Es de suma importancia una ingesta adecuada y balanceada de alimentos y nutrientes, y también evitar dietas extremadamente restrictivas y buscar ayuda profesional cuando sea necesario para prevenir y tratar la desnutrición calórico-proteica.
Mónica Acha, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos, explica la desnutrición calórico-proteica, una condición que puede afectar a cualquier persona, incluso en países industrializados donde hay abundancia de alimentos. En su canal xNutricion Dietetica resume los puntos clave.
Esta forma de desnutrición no siempre está relacionada con la falta de proteínas, sino más bien con una ingesta insuficiente de alimentos en general.
Concepto de Desnutrición Calórico-Proteica
- Se refiere a la deficiencia de calorías y nutrientes esenciales debido a una ingesta insuficiente de alimentos.
- No se limita a países en desarrollo; puede ocurrir en cualquier lugar, incluso en países industrializados.
La desnutrición calórico-proteica es una condición que se produce cuando el cuerpo no recibe la cantidad necesaria de calorías y nutrientes esenciales para funcionar correctamente. Aunque su nombre sugiere una falta específica de proteínas, en realidad, esta forma de desnutrición está más asociada con una ingesta insuficiente de alimentos en general, lo que puede llevar a un déficit tanto de calorías como de otros nutrientes esenciales.
Este tipo de desnutrición no está limitado a contextos de pobreza o a países en desarrollo, donde la falta de alimentos es un problema común. Puede ocurrir en cualquier lugar, incluyendo países industrializados donde, a pesar de la disponibilidad de alimentos, las personas pueden no estar consumiendo lo suficiente por diversas razones, como dietas muy restrictivas, trastornos alimentarios, o enfermedades que afectan el apetito o la absorción de nutrientes.
Causas
- Ingesta Insuficiente de Alimentos: La principal causa de la desnutrición calórico-proteica es no consumir suficientes alimentos. Esto puede ocurrir por diversas razones, como seguir dietas muy restrictivas, realizar huelgas de hambre, o simplemente tener un bajo apetito. La reducción en la cantidad de alimentos ingeridos lleva a una disminución en la disponibilidad de calorías y nutrientes esenciales para el cuerpo, lo que puede desencadenar un estado de desnutrición.
- Enfermedades y Medicamentos: Algunas enfermedades pueden impedir que el cuerpo absorba adecuadamente los nutrientes de los alimentos. Por ejemplo, trastornos gastrointestinales como la enfermedad de Crohn o la celiaquía pueden interferir con la absorción de nutrientes. Además, ciertos medicamentos pueden tener efectos secundarios que reducen el apetito o interfieren con la absorción de nutrientes, contribuyendo al desarrollo de la desnutrición calórico-proteica.
- Trastornos de la Conducta Alimentaria: Trastornos como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son causas comunes de desnutrición calórico-proteica. En la anorexia, la persona restringe severamente la cantidad de alimentos que ingiere, mientras que en la bulimia, los episodios de atracones son seguidos por conductas compensatorias, como el vómito autoinducido, que también limitan la absorción de nutrientes. Estos trastornos alteran significativamente la ingesta y la absorción de alimentos, llevando a un déficit de calorías y nutrientes esenciales.
- Ayuno Prolongado y Mal Planificado: El ayuno, especialmente cuando se realiza de forma prolongada y sin una planificación adecuada, puede llevar a una desnutrición calórico-proteica. Aunque el ayuno intermitente generalmente no provoca este problema, los ayunos prolongados, donde las ventanas de alimentación son demasiado cortas o no están bien equilibradas para proporcionar todos los nutrientes necesarios, pueden resultar en un déficit calórico y nutricional.
Síntomas
- Pérdida de masa muscular: Cuando el cuerpo no recibe suficientes nutrientes, recurre a la masa muscular para obtener energía, lo que provoca una reducción notable de los músculos.
- Pérdida de pelo: La falta de nutrientes esenciales puede llevar a la pérdida de cabello, ya que el cuerpo prioriza las funciones vitales sobre el mantenimiento del cabello.
- Problemas en las uñas: La desnutrición puede causar deformidades en las uñas, como manchas, debilidad o crecimiento irregular, debido a la falta de nutrientes necesarios para su formación y salud.
- Problemas en la piel: La piel, que está en constante renovación, se ve afectada por la falta de nutrientes, lo que puede causar un deterioro en su apariencia. Esto incluye queratinización (acumulación de células muertas en la superficie de la piel), sequedad y otros problemas visibles.
- Pérdida de grasa corporal y peso: Con el tiempo, la falta de ingesta suficiente de alimentos conduce a una reducción de la grasa corporal y, en consecuencia, a una pérdida de peso. Sin embargo, para cuando la pérdida de peso es evidente, ya se han producido otros problemas de salud.
- Edemas (retención de líquidos): En algunos casos, la desnutrición puede causar edemas, que son hinchazones debido a la acumulación de líquidos en el cuerpo. Esto no siempre ocurre, pero es un síntoma que puede aparecer en situaciones de desnutrición severa.
- Cambios en la apariencia corporal: En casos graves, como en niños de países en desarrollo, la desnutrición puede manifestarse como un abdomen hinchado, a pesar de un cuerpo extremadamente delgado, lo cual es un signo de desequilibrio electrolítico más que de acumulación de grasa.
Grupos Vulnerables
- Personas Mayores: Los adultos mayores, especialmente aquellos que viven solos o están institucionalizados, son particularmente vulnerables a la desnutrición calórico-proteica. En muchos casos, esta situación es voluntaria debido a una disminución del apetito y las ganas de comer. Además, la falta de preparación de alimentos y dificultades para hacer la compra pueden contribuir a una dieta inadecuada. En estas circunstancias, la desnutrición puede desarrollarse gradualmente a lo largo del tiempo sin ser inmediatamente perceptible.
- Personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria: Trastornos como la anorexia y la bulimia limitan la ingesta de alimentos o interfieren con la absorción de nutrientes, lo que pone a las personas en riesgo de sufrir desnutrición calórico-proteica. En el caso de la anorexia, la restricción severa de alimentos puede llevar rápidamente a una deficiencia de nutrientes esenciales. En la bulimia, aunque la persona puede ingerir alimentos, las prácticas compensatorias como el vómito inducido también pueden contribuir a la desnutrición.
- Personas que Practican Ayunos Prolongados: Los ayunos prolongados, si no se planifican cuidadosamente, pueden ser un riesgo significativo para el desarrollo de desnutrición calórico-proteica. Aunque el ayuno intermitente, cuando se hace de manera adecuada, no suele causar estos problemas, los ayunos más largos que no incluyen una ingesta suficiente de nutrientes esenciales pueden llevar a una deficiencia nutricional. Es crucial que las ventanas de alimentación durante estos ayunos estén bien planificadas para proporcionar todos los nutrientes necesarios.
- Pacientes con Enfermedades que Limitan la Ingesta o Absorción de Alimentos: Las personas que están enfermas y no pueden consumir una cantidad adecuada de alimentos, o que dependen de la alimentación intravenosa por períodos prolongados, también están en riesgo de desarrollar desnutrición calórico-proteica. Aunque la alimentación intravenosa puede proporcionar calorías básicas, a veces no es suficiente para cubrir todas las necesidades nutricionales. En tales casos, es común complementar con sondas nasogástricas para asegurar una ingesta más variada y completa de nutrientes.
Riesgos y Consecuencias
- Desequilibrios Electrolíticos y Problemas Orgánicos a Corto Plazo: Cuando la desnutrición es severa y rápida, como en casos de inanición o dietas extremadamente restrictivas, el cuerpo comienza a experimentar desequilibrios electrolíticos. Estos desequilibrios pueden afectar gravemente el funcionamiento de órganos vitales, lo que representa un riesgo significativo para la salud a corto plazo.
- Deterioro Gradual de la Salud a Largo Plazo: En situaciones donde la desnutrición calórico-proteica ocurre de manera gradual, el deterioro de la salud puede ser lento y difícil de detectar. Con el tiempo, la falta de nutrientes esenciales afecta diversas funciones corporales, lo que puede conducir a problemas de salud crónicos. Este tipo de desnutrición es común en personas mayores, especialmente aquellas que viven solas o en instituciones, donde la disminución del apetito y la ingesta inadecuada de alimentos pueden pasar desapercibidas.
- Peligros de la Realimentación Inadecuada: En casos graves de desnutrición, la reintroducción de alimentos debe realizarse de manera controlada y gradual. Si se intenta comer grandes cantidades de alimentos de repente, el cuerpo, que se ha adaptado a la falta de nutrientes, puede sufrir un desequilibrio electrolítico severo. Esto puede causar complicaciones graves, incluyendo problemas en el sistema cardiovascular, que pueden poner en riesgo la vida del paciente.
Prevención y Tratamiento
- Reintroducción Gradual de Alimentos y Nutrientes: Después de un periodo de ingesta insuficiente, es crucial reintroducir los alimentos de manera gradual. Esto permite que el cuerpo se adapte nuevamente a la digestión y absorción de nutrientes sin provocar efectos secundarios adversos.
- Supervisión Médica para Reposición de Líquidos y Electrolitos: En casos graves de desnutrición calórico-proteica, antes de reintroducir alimentos sólidos, es necesario reponer líquidos y electrolitos de manera controlada. Este proceso debe ser supervisado por un médico, que puede administrar estos elementos de forma intravenosa si es necesario.
- Evitar Dietas Extremadamente Restrictivas: Las dietas que limitan severamente la ingesta de calorías y nutrientes ponen en riesgo el metabolismo y la salud general. Es importante evitar estas dietas y, en su lugar, buscar enfoques más sostenibles y balanceados para la pérdida de peso.
- Búsqueda de Estrategias Sostenibles para la Pérdida de Peso: Para prevenir la desnutrición, es esencial adoptar estrategias de pérdida de peso que no comprometan la ingesta nutricional adecuada. Esto incluye la planificación de dietas que aseguren el aporte necesario de calorías, proteínas y otros nutrientes esenciales, bajo la guía de un profesional de la salud.
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